Apertura de la cámara pulpar: Principios básicos

La ejecución de la apertura de la cavidad de acceso a la cámara pulpar tiene que ser considerada como una parte integrante de la preparación biomecánica. Al ser el primer paso operatorio, el diseño adecuado condiciona el resultado final del tratamiento. Podemos afirmar que no se puede realizar un buen tratamiento de conductos si no se realiza una apertura adecuada.

Principios de la apertura de la cámara pulpar

Conocer la anatomía externa e interna de los dientes y del caso a tratar en particular nos facilitará diseñar el acceso, por ello resulta indispensable realizar un estudio radiográfico, de una o varias radiografías, y en ocasiones resultan particularmente útiles las radiografías de aleta de mordida, en las que, si bien no nos resultará posible apreciar la anatomía radicular, sí que podrá ofrecernos una idea con mayor exactitud de la anatomía coronal, y más en concreto de la cámara pulpar.

En la ejecución de la apertura, el operador tiene que considerar también la adecuación de la corona del diente para realizar un correcto aislamiento. Deberá eliminarse aquella dentina cariada y las restauraciones defectuosas (si las hubiera) ya que podrían causar filtraciones, e incluso puede necesitarse la colocación de bandas ortodónticas, aros de cobre o realizar técnicas reconstructivas adhesivas, que permitan el citado aislamiento, así como el empleo de la cámara pulpar como reservorio del irrigante durante la instrumentación de los conductos.

Realizar la preparación de la apertura también será el momento ideal para rebajar la oclusión, si se cree necesario, o para escoger o preparar un punto de referencia coronal, que sea estable y resistente, para emplearse en la determinación de la longitud de trabajo.

Cumplir un seguido de principios básicos, unido al conocimiento de la anatomía específica de cada caso, nos facilitará diseñar de una forma adecuada la apertura, independientemente de la situación clínica que se nos presente.

Instrumental

El instrumental básico está compuesto por fresas, sonda localizadora de conducto (DG – 16) y cementos o materiales de reconstrucción adhesiva.

Las fresas que se tiene que emplear se deja a opinión personal del operador, pese a que casi todos los autores recomiendan las redondas de tungsteno para turbina para lograr entrar en la cámara pulpar, si bien otros proponen el uso de fresas troncocónicas con punta cortante, a fin de evitar que se produzca socavón en las paredes.

En el momento en el que se ha penetrado en la cámara se empleará una fresa de tunsgteno troncónica de punta inactiva para así dar forma a las paredes. La punta inactiva nos permite evitar perforaciones, sobre todo a nivel de la furca de los molares. La forma troncónica nos permitirá dar a las paredes una cierta divergencia, que nos facilitará el acceso a los conductos, y además también nos evitará que la obturación provisional se hunda, lo que provocaría contaminación en aquellos casos que necesiten más de una sesión operatoria.

Los principios básicos

La cavidad de acceso deberá ser lo más pequeña que sea posible, pero no por esto menor del mínimo indispensable. Mantener este equilibrio nos permitirá trabajar sin sacrificar de forma innecesaria la estructura del diente, lo que podría terminar por dificultar la restauración ulterior.

Los conductos se deberán verse completamente en el suelo cameral. Inclusive también se eliminará el collarín dentinario interno de los molares, ya que algunos conductos pueden quedar ocultos por él.

Tendrán que eliminarse de forma muy meticulosa las caries y las restauraciones próximas. Cumplir esto nos evitará una posible contaminación, así como la caída a la cámara pulpar de restos de composites, cementos o amalgamas, lo que entorpecería el tratamiento e inclusive podrían llegar a bloquear uno o más conductos.

La localización de la apertura resulta indiferente pese a que puedan existir caries. Esto quiere decir que no tenemos que aprovechar necesariamente una caries para acceder a la cámara pulpar.

El objetivo que debemos perseguir es lograr un acceso directo al ápice, no a la entrada del conducto. Por lo tanto, se requiere que conozcamos con anterioridad la anatomía radicular de la pieza dental a tratar y la ampliemos de forma compensatoria, la apertura, en el caso de que fuera necesario, para cumplir este principio.

Existe ocasiones donde la colocación del dique de goma será posterior a la realización de la apertura. De este modo, tendremos una mayor facilidad en los casos de coronas rotadas, así como de restauraciones protéticas y otras situaciones clínicas complicadas, con lo que mejoraremos también la visualización de la anatomía dentaria así como del eje longitudinal del diente. Esto también nos evitará errores en aquellos casos de dientes con una anatomía coronal similar, como podrían ser los incisivos inferiores. No obstante, en el momento en el que se ha realizado la apertura, colocaremos el dique de goma antes de comenzar a usar instrumentos de conductos que pudiesen ser tragados o aspirados.

Resulta más importante la buena calidad de un tratamiento de conductos que el propio mantenimiento de estructuras o restauraciones dentarias que pudieran impedirlo o dificultarlo.

Tendremos que explorar el suelo de la cámara con amplitud de miras, para, de este modo, poder descubrir posibles conductos extras. Esto quiere decir que no deberemos sentirnos satisfechos ni sentir una falsa sensación de seguridad, en el momento en el que hayamos colocado el número normal de conductos.

La apertura se dará por terminada en el momento en el que los conductos se hayan localizado, y éstos sean accesibles para realizar el tratamiento. En este punto, resulta particularmente importante la existencia posibles calcificaciones o retracciones pulpares.

La apertura de la cámara pulpar es un proceso que está incluido dentro del procedimiento de endodoncia. Toda la terapéutica que debe seguirse siempre tiene que ser realizada por un profesional especialista cualificado, ya que de ello dependerá el éxito del tratamiento. En el caso de que estés buscando a un buen dentista que sea capaz de realizar este tratamiento sólo tendrás que dirigirte a cualquiera de las Clínicas Propdental. Allí, su cualificado equipo médico te explicará los pormenores del tratamiento y las opciones que tienes para que vuelvas a recuperar la sonrisa. No lo dudes más, acude ya y benefíciate de su primera visita gratuita.

Autor

Dr Dario Vieira Pereira

Autor del texto: Dr Dario Vieira Pereira

Licenciado en odontología. Se ha especializado con el Máster en Cirugía e implantología por la Universidad de Barcelona, y completó su formación con el Diploma de Estudios Avanzados en la Facultad de Odontología de la misma Universidad. Licenciado en Odontologia 1996-2001 Master de cirugía bucal e implantología bucofacial, Facultad de odontología, Universidad de Barcelona 2001-2004 Diploma de estudios avanzados del Doctorado con clasificación de excelente 2006.

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