Es muy frecuente la cirugía para recubrimiento radicular. Hay razones estéticas o bien por hipersensibilidad o caries radiculares. La técnica utilizada se determinará por la elevada previsión de resultados. Éstos injertos reúnen las técnicas quirúrgicas que presentan los mejores resultados para el recubrimiento radicular.
Consiste en utilizar un injerto del paladar, posicionarlo sobre la raíz desnuda y recubrirlo con un colgajo dividido, mejorando la nutrición del injerto.
Después de 5 años se mantiene el mismo nivel logrado en la cirugía, por ello es importante realizar el estudio de los principales factores etiológicos de las recesiones.
Es importante en los casos clínicos de periodoncia que la superficie radicular desnuda tenga características que faciliten la adaptación inicial del injerto y nos sirva de guía para la cicatrización posterior. Es necesaria una ligera forma convexa de la raíz para el correcto posicionamiento del injerto. Se pueden encontrar diferentes situaciones en las que el clínico deberá optar por el procedimiento quirúrgico adecuado:
Raíz integra: hay que trabajar la raíz para retirar el excedente de convexidad y conseguir el aplanamiento idóneo.
Raíz con lesión cervical no cariada: se indica la restauración previa con ionómero de vidrio con resina compuesta.
Raíz ya restaurada: remover la restauración evaluar la profundidad de la cavidad para definir si hacer restauración con ionómero de vidrio.
Raíz cariada: remover tejido cariado, evaluación de la profundidad de la cavidad, todo igual que con una superficie no cariada.
Ésta cirugía se divide en: incisión, división del colgajo, remoción del injerto del área dadora, sutura del injerto en el lecho receptor y sutura del área dadora.
Hay diferentes formas de realizar la etapa técnica, aunque errores de ejecución pueden ocasionar variaciones importantes del grado de recubrimiento y calidad de la estética después de cicatrizar.