Las decoloraciones intrínsecas de los dientes, también llamadas endógenas, se deben a pigmentos en el interior del tejido duro dental y se subdividen en alteraciones preeruptivas y posteruptivas.
Las decoloraciones preeruptivas se producen durante el desarrollo del tejido duro dental y se deben ante todo a fluorosis dental, dentinogénesis, tetraciclinas o enfermedades sistémicas como la talasemia o el hipo/hipertiroidismo.
La fluorosis dental se produce por un elevado aporte de flúor durante el desarrollo dental. El consumo de agua mineral con un contenido en flúor elevado puede dar lugar a alteraciones metabólicas de los ameloblastos durante la formación del esmalte.
La dentinogénesis imperfecta se caracteriza por la presencia de dientes oscuros con opalescencias marrones o azules. Esta patología afecta únicamente a la dentina, mientras que el esmalte suele estar intacto, al menos, al principio. Con el tiempo puede llegar a agrietarse y, por problemas de carga, desgastarse en las zonas en las que no hay suficiente apoyo de la dentina.
Las alteraciones cromáticas de los dientes se producen sobre todo por el color oscuro de la dentina que se transparenta a través del esmalte. En la dentinogénesis imperfecta, la dentina es menos compacta y menos dura de lo habitual, por lo que el esmalte, que es vidrioso y frágil, se fractura más fácilmente por la falta de un apoyo interno adecuado.
Las decoloraciones intrínsecas posteruptivas se forman en un estadio posterior a la formación y erupción de los dientes. Las causas pueden residir en el interior de las estructuras o en el exterior. Normalmente este tipo de decoloraciones se debe a descalcificaciones, caries, materiales dentales como la amalgama, necrosis pulpar o traumatismos.
El traumatismo de un diente deciduo durante la formación del diente permanente puede tener influencia en la formación y mineralización de este último. Estas lesiones suelen ser de color blanquecino y pueden acompañarse de defectos del esmalte.
No siempre se obtiene el éxito deseado con el blanqueamiento en las decoloraciones intrínsecas. El criterio más importante sigue siendo la selección cuidadosa de los casos y la información al paciente sobre las posibles medidas adicionales.
Generalmente antes de decidir por un tratamiento, se somete al paciente a una limpieza oral profesional para eliminar las posibles decoloraciones extrínsecas existentes. Después, queda la decoloración intrínseca y resulta más sencillo establecer el pronóstico.
Autor del texto: Dr Dario Vieira Pereira
Licenciado en odontología. Se ha especializado con el Máster en Cirugía e implantología por la Universidad de Barcelona, y completó su formación con el Diploma de Estudios Avanzados en la Facultad de Odontología de la misma Universidad. Licenciado en Odontologia 1996-2001 Master de cirugía bucal e implantología bucofacial, Facultad de odontología, Universidad de Barcelona 2001-2004 Diploma de estudios avanzados del Doctorado con clasificación de excelente 2006.